Hoy 16 de marzo de 2008 a las 5:00 a.m.
falleció un
joven llamado Juan Carlos del Castillo, quien contaba con solo 31 años, abogado de profesión, hijo de una pareja amiga de mis padres, Juan del Castillo y Salome quienes a parte de ser amigos de toda la vida fueron padrinos de velación de mis papás en su boda.
Recuerdo que a Juan Carlos lo conocí hace muchos años que tuve un inconveniente con
Telcel porque contratamos un plan
tarifario y
comenzaron a hacernos cargos a la factura que no debían, decidimos cancelar el plan y Juan, papá de Juan Carlos nos
recomendó a su hijo como abogado para que hiciera todos los trámites necesarios para dicha cancelación y no quedará ningún inconveniente, recuerdo que era un chico
gordito y muy buena gente, solo lo vi una vez en esa ocasión para entregar todos los papeles y posteriormente el trato fue por
teléfono hasta que quedo solucionado todo, de ahí no
volví a saber de él ni a tener contacto con él, eso sí, mis papás y los de él
seguían frecuentándose cuando mis papás iban a Puebla o bien por
teléfono se llamaban de vez en cuando para recordar sus viejos tiempos de
jóvenes y cuando mi papá junto con
Juan formaban parte de una rondalla en sus tiempos mozos.
¿Cómo volví a tener contacto con Juan Carlos y porque le dedico este espacio a él? Precisamente a él lo iba a mencionar más adelante en la narrativa de mi recuperación
porque recuerdo que cuando
salí del hospital
Juanito (así me referiré al papá de Juan Carlos) estuvo al pendiente de mi salud y una vez mi mamá me comento que Juan Carlos el hijo de
Juanito estaba enfermo (sinceramente en éste momento no recuerdo el nombre de su enfermedad) pero era algo relacionado a su intestino y estómago, y me comentó mi mamá que estaba hospitalizado en la
UPAEP y de repente le pedí a mi mamá que le preguntará a
Juanito si podía ir a visitarlo porque nos
comentaron que estaba muy desanimado y que él había estado enterado de mi enfermedad y que a lo mejor el verme lo iba a motivar a echarle ganas, finalmente
accedieron a que yo fuera a verlo y mi mamá me llevo junto con mi hermano Julio César, todavía iba en silla de ruedas pero ya podía levantarme y dar pasos.
Llegamos al hospital de la
UPAEP y estaba en el 2do. piso no recuerdo el número de cuarto, entramos al elevador y preguntamos en la recepción de ese 2do. piso por Juan Carlos del Castillo y nos
señalaron en primer cuarto de ese pasillo, estaba cerrada la puerta, yo toque la puerta y
abrió Juanito y me dijo - ¡¡Niña preciosa, estas
increíblemente bien!!-, le di las gracias y le dije que iba a visitar a Juan Carlos, me dijo, -Pasa, aquí esta- y en la
salita de espera del cuarto estaba sentado un chico
joven y
demaciado delgado, nada que ver con el
gordito que había conocido hace muchos años, me dijo, -
Angie, pasa- y se acerco a mi saludándome de beso, me comento: -
Angie, que bien te vez,
disculpame que no fui a verte cuando estabas internada pero mira, creo que andamos igual, de todos modos me
mantenían informado mis papás y mi tío Manuel - (su tío es el
Dr. al que fui a ver el día que
comencé con los
síntomas del
síndrome); continuamos platicando, ya estaba incomodo en la sala y
pidió que lo ayudaran a pasarse a la cama y todos lo seguimos, ahí se encontraba también Salomé, su mamá (quien es una mujer muy
luchona y logro librar sin problema alguno el cáncer, enfermedad que por supuesto ella no sabe que tiene); una vez que se recosto en su cama yo ya me había cansando de estar sentada en la silla de ruedas y le
pedí a mi mamá que sostuviera la silla de ruedas y me levante, todavía recuerdo la cara de sorpresa de Juan Carlos y de todos, Juan Carlos me pregunto sorprendido... -¿En serio ya puedes levantarte?, que padre, te voy a ser sincero, cuando mi papá me dijo que ibas a venir a verme no quería que vinieras porque mi tío Manuel me había comentado más o menos como era tu enfermedad y como te había visto en terapia intensiva y pensé que iba a verte con la cara
chueca, sin moverte, osea muy mal y que al verte así lo que menos iba a hacer es animarme pero realmente me sorprendes y eres un gran ejemplo para mi porque tu ya estabas al borde de la muerte hace unos meses y
mirate ahora, ya estas muy bien, gracias por venir a verme y darme ánimos- yo simplemente le comente que no se dejara caer, que luchara, que la mejor
medicina que uno puede tener es
LA VOLUNTAD DE QUERER VIVIR Y EL AMOR A LA VIDA, que los médicos, enfermeras,
médicinas eran una simple
ayudadita pero que nosotros eramos quienes
decíamos si
vivíamos o
moríamos, me agradeció nuevamente la atención de mi visita y quedamos en que cuando nos
recuperaramos al 100%
íbamos a salir a tomar un café o bien a comer, a él se le antojaban mucho unos
chilaquiles con pollo, lamentablemente nunca pudimos concretar esos planes.
Posteriormente estuvimos en contacto por
teléfono porque en esa primera visita intercambiamos nuestros números de celular, ambos
íbamos poniéndonos al tanto de nuestra salud y a darnos animo mutuamente, recuerdo que a veces lo regañaba porque me decía que ya estaba cansado de luchar y ver que no tenía mucha recuperación, yo le decía que no dejará de luchar, que también se me había quedado grabada una frase que me dijo...
¡CUANDO UNO ESTA ENFERMO NO SOLO UNO SE ENFERMA, SINO TAMBIÉN SE ENFERMA LA FAMILIA Y LA GENTE QUE ESTA CON NOSOTROS! por lo tanto cada vez que andaba desanimado le recordaba esa frase que me dijo y le insistía que le echara ganas que porque seguía esperando el desayuno en el cual los dos
ibamos a comer
chilaquiles y me contestaba... -¡¡No
Angie, no me antojes, que ya se me hizo agua la boca y aquí solo me dan gelatina y líquidos!!- y pues más lo presionaba yo
contándole los platillos que hay aquí en Tabasco, porque para esto yo lo visité varias veces en la Clínica de San José donde yo también estuve internada porque lo sometieron a varias operaciones en donde le cortaban pedazos de intestino y le
hacían lavados porque su enfermedad era una especie como de cáncer, le llegaron a poner una
colostomía pero alguna vez me comento que él era
demaciado vanidoso y payaso y que no estaría dispuesta a llevar una
colostomía porque iba a ser algo incomodo y feo para él cuando se acercará a una chica y yo le decía, -pero Juan Carlos, tu novia esta contigo pese a todo, ella es la que esta
dándote ánimos también, a ella le interesa que
estés bien, no si traes una
bolsita en donde defecas, pero
insistía en ser vanidoso.
La última vez que hablé con Juan Carlos fue el año pasado, en diciembre cuando yo ya estaba en Puebla, le llamé y le dije que iba a ir a visitarlo a su casa, me comento que al parecer lo iban a operar de nuevo en enero, que ya sería su 8a.
cirugía y le dije que no se desanimará, que si ya había podido con 7 ésta le iba a hacer los mandados, lo escuche animado porque me dijo que su
Dr. ya le había dicho que veía mejoría, por una u otra razón no fui a verlo en diciembre, regrese a Tabasco y no volví a hablar con él.
Hoy a las 12:30 p.m. mi hermano Julio César me mando el siguiente mensaje: "Oye Carola ya
falleció Juan Carlos a las 5 a.m. hoy, me hablo Juan" en ese momento le marque a mi hermano para saber que había sucedido y solo me comento que
Juanito le había llamado para avisarle que Juan Carlos había fallecido, que estaba internado y que ya no aguanto más la enfermedad pero lo curioso es que su muerte no se
debió a esa enfermedad del estómago sino a una bronconeumonía, fue lo que le comento Jaime a mi papá (Jaime es un amigo del grupo de la rondalla de mi papá y
Juanito).
Esto me pone a pensar que la muerte no da aviso, simplemente llega, muchos logramos librarla pero por ejemplo yo estoy
consiente que tarde o temprano también me va a volver a visitar y que dependiendo de mi edad, mis fuerzas y mis ganas sabré si vuelvo a ganarle la batalla, desgraciadamente Juan Carlos no pudo con ella pero estoy segura que sus ganas de vivir estuvieron con él a pesar de que muchas veces dijo lo contrario, no puedo decir que él y yo fuimos unos grandes amigos porque lo que nos
unió fueron nuestras enfermedades y ambos nos
veíamos como un apoyo para salir adelante, sin embargo le llegue a tener cariño y en este momento que estoy reviviendo nuestras pocas vivencias y platicas siento un nudo en la garganta la cual no me impide derramar lágrimas por él porque me siento de debí haberle llamado días anteriores pero uno se mete tanto en el trabajo y en lo cotidiano de nuestra vida que por lo menos yo dejé para
después una llamada para él, no pude despedirme de él pero siento que antes de morir él pudo haber estado pensando en mi y tal vez dedicarme algunos pensamientos, dicen que el "hubiera" no existe y solo puedo pedirle donde quiera que este que me perdone por no haber estado aunque sea en voz en sus últimos días de vida, por eso por favor, todos los que lean este blog y en especial esta dedicatoria para Juan Carlos, siempre digan lo que sienten, nunca dejen para
después un Te quiero mucho, Estoy contigo, Ánimo... porque puede ser
demaciado tarde como en este caso.
Por eso a todos los que me conocen y los que
están comenzando a hacerlo... ¡¡
dense el tiempo para hacerlo y para abrir su corazón a toda la gente que este dispuesta a conocernos!!
JUAN CARLOS... SIEMPRE ESTARÁS EN MI MENTE Y MI CORAZÓN... ¡¡TE QUIERO DONDE QUIERA QUE ESTÉS!!